Documento histórico, construcción de la identidad y didáctica: el uso reflexivo de los discursos testimoniales en un monólogo teatral

Prof. Adriana Gabrielli

Una vida no es comparable a una ciudad
Una vida destruida no  se puede reconstruir…

Durante este año, 2006, una serie de coincidencias me han llevado a escribir estas líneas: en primer lugar la conmemoración de los 30 años del Golpe Militar, con la consecuente discusión alrededor del tema sobre qué hacer con esto en la escuela, cómo abordar esta discusión en el aula; luego, la convocatoria que desde esta Institución, el IES NRO. 1 se hace para discutir sobre los géneros raros y malditos.
Estas circunstancias sumadas a la experiencia personal de construcción y participación en un relato testimonial, desembocaron en la escritura de este trabajo donde intentaré relatarles un evento didáctico realizado muy lejos de aquí, en el norte de Italia, para ser más precisos, en la provincia de Treviso, región italiana del Véneto que fue el pueblo de mis mayores y dónde aún conservo con sus habitantes lazos familiares y de amistad.
Allí, en enero del 2004, apareció en el diario local una foto antigua donde se veía un grupo de personas reunidas para festejar el  Año Nuevo de 1953, debajo de la foto se consigna el nombre de las familias que aparecen retratadas en ella, y se dice también que fue encontrada en el estudio de un fotógrafo, que por aquel entonces (en 1953), se encontraba viviendo en Argentina, exactamente en San Miguel, Provincia de Buenos Aires. En ese momento casualmente yo me encontraba visitando a mi familia, el esposo de una prima me muestra la foto y me consulta acerca de los retratados; fácilmente los identifiqué, de hecho eran mis padres y mis tíos.
Pasado el mes vuelvo a casa; pero esa foto y esa información sigue viajando, sigue circulando en la ciudad. Allí reconocen entre estas personas a una mujer, quién fuera conocida por los partisanos como Carmen, su nombre de guerra, y quién yo en casa llamaba tía Noris.
El viejo fotógrafo del que hablamos pertenece al ISTRESCO (Istituto per la storia della Resistenza e della societá contemporánea della Marca trevigiana), así es que logra que se reúnan investigadores de ese y otros institutos (el FAST Foto Archivio Storico Trevigiano) con protagonistas de la época, amigos, familiares y conocidos de Carmen; y su historia, o La Historia, va tomando forma.
Como conclusión podemos decir que  durante el 2005 todos estos testimonios confluyen y dan forma, en primera instancia a un monólogo teatral. Posteriormente  el trabajo de investigación continuaría y ese material sistematizado se transformará en un libro publicado por el ISTRESCO, cuyo autor es Federico Maistrello, con una tirada de 2500 (dos mil quinientos) ejemplares.
Volviendo ahora al monólogo teatral  podemos decir que éste ha sido concebido con la inclusión de diversos documentos históricos, entre ellos las declaraciones judiciales realizadas por Carmen en ocasión de los procesos realizados en Treviso a los colaboracionistas, y particularmente con fotografías de época.
Al comenzar la obra, en el escenario se muestra la foto disparadora de la investigación, se describe, se trata de explicar la situación en que supuestamente se hallan estas personas, su posible grado de parentesco; se reflexiona acerca de la inscripción del cartel que irónicamente reza “Italia Feliz”. Finalmente se centra la atención en la figura de Carmen y comienza la presentación de ella relatando como es su vida en Argentina, su progreso económico, su casamiento.
 “-Italia Feliz- … Feliz esta fórmula bastante inusual nos trae un auspicio, nos transporta a un clima fuertemente positivo de confianza en el futuro, en la sociedad, en el porvenir del país, un clima de esperanza; es probable que quien haya pasado la guerra en tiempos recientes, pues no han transcurrido aún diez años desde el momento de su finalización, continúe llevándola sobre sus espaldas…
Además una vida no es comparable a una ciudad. Una vida destruida, no se puede reconstruir…
Si nos corremos del centro de la fotografía ocupado por la imagen de una señora anciana, encontramos la figura de una mujer, una joven mujer.
La llaman Carmen”
El monólogo avanza con la ayuda de ciertas fotos que la muestran en su regreso a Italia a fines de los 50, se muestra la reconstrucción  de la ciudad, el boom económico y nuevamente la acción se interna en el pasado: la entrega pública de armas a la que se vieron obligados los partisanos en toda Italia,  el encuentro de  Carmen con Nedda, sobreviviente y testigo de los hechos, con quién volverá a re-encontrarse en el Tribunal para declarar contra los colaboracionistas. Las declaraciones de ambas efectuadas ante la Corte, pasarán a formar parte de este relato teatral al ser leídas en el escenario, así como otros documentos históricos, tales como la carta donde la Jefatura Alemana sugiere desarmar las “Brigadas Negras” dado que su accionar se había vuelto delictivo:
“Piazza D´Armi, fines de abril del 45: los partisanos entregan las armas a los representantes de las Fuerza Aliadas y del Comité de Liberación Nacional.
… luego de casi veinte meses de ocupación y de luchas entre invasores y patriotas, porque así los llaman ahora a los partisanos, no más rebeldes o bandidos.
Treviso está destruida, pero la guerra ha terminado.
De la confusión reinante aquel día nos da testimonio la Señora Zanfranceschi, Nedda…dice: ‘veía rostros de personas que conocía y que estaba segurísima que nunca habían estado con nosotros, gente que había vestido la Camisa Negra hasta el último día y que  ahora estaba allí adelante, con pañuelos azules al cuello, o directamente con los rojos, todos partisanos! … había también personas de filiación dudosa gente que a último momento tomaba un arma, una pistola, un cuchillo, una escopeta de caza, se ponía en la fila y se hacía pasar por partisano.’
En Treviso el Tribunal se reúne el 27 de mayo del 45. El primer juicio tiene lugar el 8 de junio. La participación popular es enorme.”
Para contar cómo Carmen llegó a transformarse en “correo”  y mano derecha de Cirillo, que ejercía la jefatura de las “Brigadas Rojas”, se recurre a diversos testimonios recogidos entre sus coetáneos que relatan cómo Carmen subía y bajaba con su bicicleta desde los montes circundantes a la ciudad, llevando y trayendo recados, alimentos y armas. A modo de ejemplo se presenta aquí el testimonio de Bruna:
 (En primer plano fotografía de Bruna Fregonese) Testimonio de Bruna: Conocí a Carmen en el 44. Yo vivía en Porto. Allí en Porto di Fiera había un zapatero, de nombre Maschio, ella hacía arreglar los botines de los compañeros. Llevaba bolsas llenas  de zapatos!  Imagínense las necesidades de los brigadistas allá en los montes…
En Treviso, Carmen y los otros “correos” concurren a los lugares de encuentro donde reciben las órdenes de los responsables  que luego deberán transmitir a los brigadistas en los montes, o retiran paquetes con volantes de propaganda  para ser distribuida clandestinamente…
 El miedo. Había que estar loco para no tener miedo.”
Finalmente se presenta el episodio de la traición y captura. La tortura es relatada nuevamente recurriendo a documentos y declaraciones tribunalicias y a una carta firmada por ella,  escrita desde la prisión  donde narra su situación y la de sus compañeros presos. Se narra también que pocos días antes de la liberación logra escapar.
 28/12/44, Queridos compañeros: Finalmente puedo darles noticias mías y de los otros. Lince, Morillo, Tarzan  y Nina nos han traicionado cobardemente. Los compañeros Leo y Bocol han sido fusilados el 24 de diciembre, condenados por el tribunal militar, de esto el responsable ha sido Lince quién motivado por resentimientos personales los ha acusado injustamente… Yo ya llevo 40 días en prisión y es indescriptible aquello por lo que he pasado, torturada salvajemente siempre negué, ya estaba convencida de que iba a morir, cuando una noche me llevaron en presencia de Lince y otros cuatro carniceros para comenzar el sexto interrogatorio, yo sigo mintiendo, Lince insiste –sólo ella conoce a esas personas, ningún otro conoce a los jefes-. Yo moría de angustia encontrándome por vez primera ante un compañero capaz de semejante conducta. Me colocaron las cadenas en la cabeza de forma tal que ningún ser humano pudiera soportarlo, y yo seguía diciendo - fusílenme no se nada. No apiadados, sino cansados, dado que eran las tres de la mañana y el interrogatorio había comenzado a las diez de la noche me dejaron en paz  durante tres días …”  
El monólogo hace avanzar la acción llegando así al fin de la ocupación y  siempre a través de la lectura de los documentos históricos, un periódico en esta ocasión, consigna la sentencia de muerte emitida para los colaboracionistas responsables de las torturas y las muertes, y también  relata que posteriormente la declaración de una amnistía  les salvó la vida, la imperfección de la Justicia es tratada de la siguiente manera:
“(Lectura del periódico Rinascita)  -La multitud  ha abarrotado la plaza durante el desarrollo del juicio, las distintas fases del mismo fueron seguidas radiofónicamente por medio de altoparlantes instalados en el recinto del Palacio de Justicia-.
El juicio concluye con tres condenas a muerte, entre los condenados se encuentra Lince.
-Así una deuda con la justicia queda saldada. ¿Pero cuántas otras quedan pendientes y quizás para siempre?
El juicio contra la banda de Lince ha despertado horror y pena, y la sentencia fue bien recibida.”
Y aquí la necesaria reflexión que hallamos en el texto:
“Nos preguntamos: ¿Qué se ha hecho con aquellos, más inteligentes, más responsables, más capaces, que han reclutado con el dinero público a estas infames bandas de delincuentes, que han consentido su accionar, que han señalado a las víctimas?. ¿Qué se hará con los diligentes industriales, directores técnicos, grandes comerciantes que se pusieron a las órdenes de los nazis... qué diremos de las catervas de periodistas complacientes?  La Justicia que buscan los honestos es aún Niña” 
Todo es narrado en el escenario, también la forma en que los partisanos volvieron a sus tareas, a sus campos, a sus fábricas, los que podían y a enfrentar nuevos desafíos los que no hallaban trabajo.
“La consigna era pan y trabajo, y algunos el pan tuvieron que ir a buscarlo en el extranjero, con todo lo que habían hecho por su país.”
Entre ellos Noris, Carmen, volvió al trabajo, a la aparentemente simple cotidianeidad, silenciada, como si nada hubiese sucedido, hasta un día de noviembre del año 67 en que decide quitarse la vida.
Y hasta que un día su ciudad decide conmemorarla.
Retomando ahora mi frase anterior me detendré en la palabra conmemorar, es decir hacer memoria, recordar no sólo lo bueno, las instancias de heroicidad de los actores de una época, sino también lo malo que sucedió en ella, los silencios que se impusieron a la sociedad que debía seguir adelante. La conmemoración, la rememoración es necesaria en todas las sociedades para que se recupere la voz de aquellos que han sido silenciados. Puesto que si nuestra imagen especular, anudada a un cuerpo y a un nombre nos establece como sujetos, la imposibilidad de construcción de esa imagen nos lleva a la muerte.
En esta conmemoración podemos afirmar que la voz silenciada, aún a destiempo para la protagonista de la historia, se ha convertido en palabra, los diversos discursos testimoniales,  el periodístico, el fotográfico, el judicial se han aunado en la obra teatral para producir el encantamiento que, tal vez, cada uno de ellos por separado no hubiera logrado.
Esta producción fue presentada en Treviso y en otras ciudades de la región del Véneto. La Fundación Benetton Iniciativas Culturales realizó, en principio, diez encuentros en su sede. Cinco de ellos serían llamados “propedéuticos” y estarían dedicados a brindar información sobre la época y el marco histórico del relato. Se implementó, por ejemplo, un glosario con términos relativos las situaciones peculiares que surgirían en escenas, como por ejemplo se explicó que eran las “Brigadas Negras”, o bien donde estaba situados ciertos edificios que en la actualidad ya no existen. A estos encuentros asistieron docentes de historia que se refirieron a los sucesos históricos que enmarcan el relato y los sobrevivientes de esta lucha. 
Cito en este caso una crónica aparecida en un medio local que refleja como han sido estas instancias movilizadoras y de aprendizaje: “En la platea nuestros heroicos protagonistas…siempre presentes, siempre combativos, como entonces, con el deseo de contar para que los hechos no se olviden, para que nunca más se hable de guerra, conmovidos por los recuerdos y la participación de los estudiantes. En los encuentros la emoción ha surgido  cada vez que las palabras patria y libertad pudieron ser pronunciadas, sin retórica, por aquellos a quién por derecho estas palabras pertenecían, a quienes han dado la vida por ellas”.
Los otros cinco encuentros consistían en la presentación del monólogo. Se calcula que a los primeros diez encuentros, puesto que luego se agregaron más fechas,  asistieron más de dos mil estudiantes pertenecientes a doce escuelas que asisten al último año de las escuelas medias y a las superiores; es decir los asistentes tenían entre trece y dieciocho años.


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