Una huella rara, antigua y misteriosa…¡La poesía!

Lic. Carmen Belzún, I.U. N. A.,  . N. La M,  I. S. F. D. Nº 56


A propósito de la inquietud de una alumna muy cumplidora que entregó a su profesora de Lengua y Literatura un folleto, tal y como se había comprometido cuando se lo dieron en la Feria del Libro, se generó una serie de actividades con los alumnos de 2º año Polimodal de la E.E.M. Nº 43 de la Matanza. Esto derivó en la presentación de trabajos de escritura en un concurso organizado por la Fundación Internacional “Jorge Luis Borges “. Pero no se cerró así el ciclo. La propuesta, adaptada y enriquecida, fue llevada a las aulas del I. U. N. A. y realizada por los alumnos de primer año de la Licenciatura en Artes Visuales. Este trabajo intentará dar cuenta del proceso, sin dejar de lado el contexto de concreción y reservando un sitio de privilegio para las producciones personales. El objetivo más explícito fue, en un principio, la participación en una competencia. Pero luego, independientemente del resultado, los estudiantes consideraron como meta la expresión lingüística de lo que sentían. El segundo momento de la propuesta se orienta en este sentido: escribir como lo hace otro (el artista, el poeta, el profesional).
Probablemente, la alumna que paseaba por la Feria del Libro aquella tarde de 2005 no sabía lo que iba a generar al recibir aquel folleto. Se comprometió a entregárselo en mano a su profesora. Y así lo hizo.  Cuando lo recibí, no supe muy bien qué hacer con él. Pedirles a mis alumnos que escribieran poesías…Eran sólo tres versos, pero consideré que allí residía la mayor dificultad. Los alumnos de 2º año  tienen conocimientos generales de versificación. Saben, en general, medir un verso y diferenciar los tipos de rima. Lamentablemente, no avanza mucho más el acercamiento al género poético, cuando se lo realiza. En algunos casos, se reconocen algunas figuras retóricas y se intenta una exégesis del “mensaje” que quiere transmitir. Con estos conocimientos previos muy básicos consideré que era suficiente para que nos embarcáramos en el proyecto. Comenté a los alumnos el contenido del folleto de la Fundación Internacional “Jorge Luis Borges” y los persuadí de participar en el concurso anual de haikus, pues de eso se trataba en definitiva. La reacción inmediata fue de rechazo. ¿Qué es un haiku? Nosotros no sabemos, no podemos, no queremos. Recordé que, cuando me iniciaba en esta profesión,  participé de un taller de escritura con orientación docente. En esa oportunidad, el profesor Eduardo Dayán nos dijo que,  generalmente, las propuestas que provocan más resistencia suelen ser las más productivas. Y yo le creí (le creo).  Así las cosas, convencí a mis alumnos de investigar de qué se trataba este asunto. Visitamos la biblioteca escolar para  obtener información sobre los haikus. Sólo sabíamos que se trataba de un “poema tradicional del Japón que, en sólo diecisiete sílabas, expresa la profunda armonía del universo”, datos que habíamos extraído del folleto de la Fundación, donde también se podían leer dos ejemplos:
La vieja fuente,                                                                                   La luna nueva.
Salta adentro una rana.                                                               Ella también la mira
Ruido del agua.                                                                             Desde otra puerta.
Matsuo Basho (1644-1694)                                      Jorge Luis Borges (1899-1986)
“Fotografía hecha de palabras, procura transmitir la esencia de lo vivido, la sensación pura, sin conceptos que lo empobrezcan.”
Descubrimos que no había muchos más datos en los libros que teníamos a nuestro alcance. Por ejemplo, Marta Lescano y Silvina Lombardo le dedicaban una página en el capítulo que correspondía  a “Taller de lectura y escritura – Poesía- “ (Lecturas y escrituras 1, 2000) Y yo pude corroborar una intuición: la poesía es un contenido marginal (muchas veces los colegas del año precedente informan que no pudieron desarrollarlo porque estaba al final del último trimestre y “no alcanzó el tiempo”) que tiene hijos como el romance o el soneto (son fáciles y/o breves y “a los chicos les gustan”), pero que también tiene entenados tales como el villancico, el limerick o el mismo haiku, por nombrar sólo algunos ejemplos.
Con semejante escasez, nos dispusimos a trabajar. Confieso que el azar intervino para favorecer mi tarea. Una tarde nos desplazaron del aula y fuimos a dar al patio soleado. Con las sillas en desorden y el entusiasmo de pensar que no haríamos nada porque total “eso no era una clase”, los invité a escribir en pequeños grupos. Risas, incomodidad, algunas burlas. Pero todos empezaron a escribir. En aquel momento, no estaba en mi mente preparar esta comunicación, por lo cual no guardé los primeros borradores; sin embargo, tengo presente que esos balbuceos iniciales fueron desalentadores: no sólo no respetaban la rigurosa estructura solicitada (tres versos libres: el primero y el tercero, pentasílabos; el segundo, heptasílabo), sino que el contenido era lisa y llanamente carente de todo atractivo. 
“La belleza artística de estos poemas reside en que sintetizan en tres versos una forma de ver el mundo” explicaban Lescano y Lombardo. Propuse entonces la lectura de otros ejemplos para reflexionar sobre qué podían decir estos poemas. Aporté de mi biblioteca Adioses y bienvenidas (Benedetti, 2005) y leímos, entre otros, estos ejemplos:
Con o sin luces                               El mejor tramo                                    febrero treinta
Una mujer desnuda                     para enlazar amores                     es el falso cumpleaños
Siempre es la reina                         es el crepúsculo                               de los fantasmas
Surgieron, así, el erotismo, el romanticismo  y la comicidad, entre muchas  posibilidades, sin descuidar la elegancia. Analizamos recursos técnicos, comentamos la sugerencia que nos proponía el vocabulario…y seguimos escribiendo. En esta etapa, el desafío era la producción individual.  Se trabajó en clase y se corrigió cada trabajo mediante la lectura en voz alta, la intervención de los pares y el visado final del docente. Siempre se propusieron mejoras, se señalaron errores o se destacaron aciertos; nunca hubo imposiciones ya que una de las premisas era responsabilizarse de lo que cada uno escribía. Así, ahora puedo presentar algunos trabajos finales:
En cada alba                       Puesta de sol                                 Tristes los días.
Decido si renazco               me recuerdas lo triste                    Los árboles sin hojas
O si muero.                         De nuestro mundo.                        Parecen rocas.
Este último fue el poema que, en representación de la E.E.M. Nº 43 de La Matanza, recibió una mención en el Concurso anual de haikus 2005 organizado por la Fundación “Jorge Luis Borges”.
Durante el primer cuatrimestre del corriente ciclo lectivo, pensé en desarrollar esta misma propuesta en el ámbito del Instituto Universitario Nacional del Arte (I.U.N.A.). Lo hice en  la cátedra de Historia de la Cultura, nivel I, en el área Literatura.  En este caso, los alumnos cursan la Licenciatura en Artes Visuales, por lo cual se pretende presentarles, además de un recorrido por los hitos culturales de la humanidad,  un abanico de posibilidades que puedan servir de inspiración para sus producciones artísticas. Por esto,  el encuadre fue estrictamente curricular: caracterización del texto literario en general y poético en particular. También en este caso se hicieron lecturas, fundamentalmente de una antología preparada ad hoc con poemas de Juan José Tablada, González de Mendoza, Borges, Domenchina y Benedetti.  Posteriormente les encargué la representación plástica de uno de los poemas de Mario Benederri (Rincón de haikus. Adioses y bienvenidas), uno de los autores especialmente seleccionado para este nivel por su propuesta confesamente hispanoamericana por la inclusión de aspectos sociales en su producción poética, dejando de lado lo estacional, rasgo típico del poema original japonés. Así, algunos de los textos más elegidos  fueron
La luna pobre                                                  no hay sufrimiento
Es igual a la luna                                             más doloroso y largo
De los magnates                                              que la esperanza
Por el nivel de estudios, pude incorporar otras características para la reflexión. Matsuo Bashoo (1644-1694) dijo que el haiku “es simplemente lo que está sucediendo en este lugar y en este momento” y nos detuvimos a analizar este aspecto puntual que se relaciona con la inmediatez, lo puntual, cierto aspecto de fugacidad. Analizamos aspectos formales a partir de la lectura de los variados ejemplos y concluimos que estas poesías presentan:
•           diecisiete sílabas distribuidas en tres versos (para lo cual debimos revisar conceptos de versificación que algunos tenían olvidados);
•           denotación de tres aspectos esenciales: un ambiente concreto (¿dónde?), un único objeto (¿qué?), un momento preciso (¿cuándo?)
•           sólida estructura indisoluble, sin partes divididas
•           generalmente, ausencia de rima
•           a veces, ausencia de puntuación y frecuencia de construcciones nominales
El paso siguiente fue pedirles a los alumnos que escribieran. En este caso, en general, la tarea fue ardua en lo formal, pero no así en el contenido.
Cierro mi trabajo con algunas producciones para disfrutar:

La clara agua                                                          Aprendí todo
Que fluye entre las piedras                                     a besos y a palos
De mis anhelos.                                                      ¿qué duda cabe?
 M. Carchidi                                                                  M. Bonato


El tiempo pasa                                                     Abre tus ojos.
De puntillas, raspando                                          Encontrarás respuestas
Sueños y rostros.                                                   Mirando el cielo
     G. Fregosi                                                                 M. Pastor
Como conclusión, quiero destacar que después de muchos años de carrera, me voy quitando el miedo. A las preguntas incómodas (puedo contestar sinceramente que no lo sé, pero que quiero aprenderlo), a las actividades desestabilizadoras (¿no son, acaso, las que nos hacen crecer?), al comentario malintencionado (¿perdemos el tiempo si hacemos lo que nos gusta?). Creo firmemente, como Benedetti, que
                        La poesía
                        Dice honduras que a veces
                        La prosa calla 

BIBLIOGRAFÍA
Benedetti, Mario (2005) Adioses y bienvenidas. Buenos Aires: Seix Barral
Benedetti, Mario (1999) Rincón de haikus. Buenos Aires: Seix Barral
“El rincón del haiku” (septiembre de 2006) Disponible: http://www.elrincondelhaiku.org/
Lescano, M. y Lombardo, S (2000) Lecturas y escrituras. Lengua y literatura l. Buenos Aires: Ediciones del Eclipse
Silva, Alberto, “Sobre una poesía nómade”,  en Diario de poesía,  Nº 68, 2004, 25 - 28